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Piloña
prehistórica |
 Detalle
de la Cueva del Sidrón |
El territorio que ocupa el actual
concejo de Piloña fue habitado por el hombre desde los
tiempos paleolíticos. Los datos que tenemos no son tan
completos como los de los concejos limítrofes de Parres y Nava,
que cuentan con cartas arqueológicas publicadas, aunque existe
una investigación inédita realizada en 1986 por E.
Arnau, que junto con otros estudios y evidencias permiten afirmar la
existencia de una ocupación humana yá en el solutrense (Cueva
d´Aviáu, Espinaréu), que tendría
continuidad hasta el final del Paleolítico. La citada cueva,
junto con las cercanas de Collaréu y La Peña
Ferrán ya fueron estudiadas en los años veinte de
este siglo por el conde de la Vega del Sella. |
Materiales del paleolítico
inferior fueron también hallados en las parroquias de Coya
y Ludeña. En esta última, en el Camín
Real que pasa por el Cierru del Corralón se
encontraron diversos útiles atribuidos al inicio del paleolítico
superior. Estos datos, junto con otros fruto del hallazgo casual como
los referidos a la Peña Sorribes (Sebares) o la
Cueva del Sidrón (Borines) donde incluso se señalaron
restos de pinturas, permiten trazar un panorama de continuidad en la
ocupación humana hasta llegar a los tiempos de la época
neolítica de la que se conocen hallazgos seguros, como los señalados
por Martínez Hombre, con materiales hoy desaparecidos o en
paradero desconocido como los procedentes del Dolmen de Coya o
de una cueva en Valle.
Los estudios arqueológicos
permitieron poner de manifiesto una intensa ocupación megalítica,
corroborada por la toponimia y la tradición popular. Es de gran
importancia el campo tumular del Monte Cayón,
recientemente destruido, pero los vestigios megalíticos se
extienden por casi toda la geografía piloñesa. |
Piloña
celta y romana |
A la edad del hierro se atribuyen
varios asentamientos fortificados conocidos como castros o
castiellos; así a los dos catalogados por J.M. González
en El Picu Viyao y El Cierrón de Castiellu habría
que añadir el situado en términos de Argandenes
y el de La Forca en Ludeña. |
 Diadema
de Moñes |
Un castro importante a juzgar por
sus dimensiones sería el de La Coroña Castru,
limítrofe con Nava y Cabranes. Se han señalado también
otros en Sorribes y Antrialgo. El citado J.M. González
adjudicó estos poblados a los astures orientales o Luggones,
tribu que según Ptolomeo tenía capital en Paelontium,
nombre que se ha relacionado con el actual pueblo de Belonciu,
sin que hasta la fecha contemos con pruebas seguras para hacer tal
identificación.
De todos modos existen dos lápidas
cercanas de época romana que mencionan a los luggones, una de
las cercanías del Sueve que reza Asturum et Luggonum y
otra que menciona a los Luggoni Arganticaeni, que algunos
investigadores relacionan con el actual topónimo de Argandenes.
El nombre de Luggones es de filiación claramente céltica,
lo que junto con otros datos como las gentilidades mencionadas en las
estelas romanas de Borines y Villamayor o la iconografía de la
llamada diadema de Moñes, permiten situar en este
horizonte cultural a los pobladores de Piloña inmediatamente
antes de la romanización.
Precisamente la joya de oro
procedente con toda seguridad de Moñes (Villamayor) y
de la que se conservan fragmentos dispersos en varios museos es
considerada como una de las muestras de orfebrería indígena
más importantes de Asturias. Constituye parte de un hallazgo
mayor situado a mediados del siglo pasado en dicho lugar, y fue
incorrectamente atribuido a Ribadeo y S.Martín de Ozcos por mor
de las muchos avatares sufridos por esta pieza. Otros restos son difícilmente
datables, como los del Llendón en Lleu.
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De época romana se
conservan las dos estelas mencionadas, la hallada a orillas
del río Piloña en Villamayor (recolocada en la fachada
de una casona en el siglo pasado) referida a la gentilidad de los Viroménicos
y la de los Ablaidicos, aparecida cerca de la iglesia de
Borines. Otros restos romanos son la terracota procedente también
de Moñes representando un fauno y problablemente las figuras de
bronce mencionadas por F. Diego santos |
Piloña
medieval |
 Antiguo
puente de Infiesto |
Piloña en el Reino
Asturiano
En la época del reino
asturiano el valle del río Piloña aparece yá como
un lugar de paso obligado entre la zona central y los valles del
oriente de Asturias, la "Asturias Primoria" de las
crónicas. El relato que aparece en la crónica rotense
donde se narra el periplo de Pelayo desde Gijón a Covadonga
donde se inicia la resistencia astur dice así: |
"Cuando ellos llegaron a
Asturias y pretendieron cogerlo con engaños en un lugar llamado
Brece [que se suele localizar cerca del actual Infiesto] un
amigo de Pelayo le reveló la intención de los
musulmanes. Pero siendo más los sarracenos, y viendo que no podía
hacerles frente, se escapó hábilmente de ellos, picó
espuelas y llegó a la orilla del río Piloña. Lo
encontró crecido y desbordado, pero nadando con la ayuda del
caballo que montaba pasó a la otra orilla y subió a la
montaña. Los sarracenos dejaron de perseguirlo..."
Lo cierto es que en la época
altomedieval es donde aparecen por primera vez referencias concretas
al territorio de la actual Piloña. El río aparece
mencionado con diverssos topónimos del tipo "Pialonia".
En el Liber Testamentorum de la catedral de Oviedo aparecen
dos noticias, una del año 926 en la que Ramiro (hijo de Alfonso
III) hace una donación a la Iglesia de Oviedo en estos términos
"In Borinis (Borines) ecclesiam Sancti Martini similiter. In
Enaio (Anayo) ecclesiam Sancte Marie similiter. In Argandenes
ecclesiam Sancti Romani similiter.." y después "Iuxta
flumen Pialoniam" (junto al río Piloña) las
iglesias de santa maría de Óbana por sus términos
"per Uargorio, per rio Kaon, et per ecclesiam Sancti Martini (San
Martín) qui est nostra integra, per illa cogolla, per flumen
Elmon intus ab integro" y de San Pedro de Belonciu (Uenonzo), "per
illo uallatare, per illos pozos usque in flumine Elua, per fonte de
Bretones usque Elua, per illa lama, per illo rego usque in pratezolo
intus ab integro".
Otro diploma data de 1090 y es una
donación a la Iglesia de Oviedo hecha por Elo Gutierriz,
referente al monasterio de San Pedro de Sebares (Seuares) "secus
flumen Pialoniam" con la heredad de Sala y la villa de "Salzeta"
(Sardea) bajo el monte Sueve. Otra referencia importante a Piloña
la hacen en 1032 los condes Piniolo y Aldonza, que hacen un
intercambio de propiedades con el rey Vermudo III para juntar
propiedades que les permitan fundar el monasterio de Courias (Cangas
del Narcea). Junto a los siete castillos del Conde Piniolo figuran "in
valle de Pialogna, illas uillas de Miliares (Miyares) et de Uillanoua
(Villanueva). |
La
iglesia
Durante el resto de la Edad Media
hubo otras instituciones eclesiásticas que adquirieron
propiedades en Piloña, como el monasterio de San Bartolomé
de Nava. Isabel Torrente señala la zona de Coya, Biedes y
Sorribes y los valles del río Les Cuerries y de Borines como
zonas tributarias. En esta época se producen diversas disputas
entre los distintos dominios eclesiásticos, como el cenobio de
Villamayor y los vecinos de Sotu Dueñes y Valdediós, así
como sobre la pertenencia de bienes a San Salvador y San Pelayo de
Oviedo. En el siglo XIV, el Obispo de Oviedo Gutierre de Toledo
disolvió el monasterio de Villamayor bajo la acusación
de quebrantamiento de votos de pobreza, vestidos, desobediencia y pública
exhibición de su vida sexual, mandando a las religiosas al
monasterio de San Bartolomé de Nava de donde pasarían a
depender sus dominios, y organizando posteriormente una comunidad
masculina dependiente de Valdediós. De todos modos esto no duró
mucho, pues pronto volverá a haber monjas en Villamayor y todavía
en el siglo XV continuaban las acusaciones. |
 Santa
María de Villamayor |
Desde el siglo XII se sabe de la
existencia de una malatería en Vallobal.
En estos siglos ya se menciona el
territorio de Piloña con cierta personalidad administrativa. De
1247 hay un documento de San Pelayo que nombra a un "tenente"
para las demarcaciones de "Siero et Nava et Pilonnia et Casu"
y en 1297 y 1314 se habla del cargo real de "notario públicu
en Pilonnia".
Algunas zonas del territorio piloñés
pertenecían a la jurisdicción de familias nobles
emergentes durante todos estos siglos. En 1374 todo el concejo fue
entregado por Enrique II a su hijo bastardo el conde D. Alfonso
Enriquez, que encabezaría una rebelión contra la
corona. Después de la derrota definitiva de éste, sus
dominios, y con ellos Piloña, pasarían al rey de
Castilla. De entre las casas nobles de Piloña destaca la de
Ludeña, con casa y torre conservada hasta nuestros días
y que se remonta por lo menos al siglo XIV. Existen menciones de otras
"casas fuertes" en Antayo e Infiesto, donde un documento
habla de "castillo y fortaleza".
Alrededor del puente bajomedieval
que cruzaba el río Piloña fue surgiendo un barrio
dependiente de la parroquia de San Juan de Berbío, dividido en
dos sectores Pasado el puente y Santa Eugenia que se
consolidaría posteriormente como capital del concejo, para lo
que fue decisivo el carácter del lugar como nudo de
comunicaciones norte-sur (de la meseta por Tarna a la costa) y
este-oeste, con varias ramificaciones del camino de Santiago desde la
época medieval. La villa del Infiesto aglutinó las
funciones de reunión del concejo y de punto de mercado. Al
margen del concejo permanecían en el siglo XVI elcoto de
Abedul (de la Iglesia de Oviedo); el de Santianes (del
monasterio de Eslonza, en León) y los cotos laicos de Ludeña,
El Vallín y Viyao. En este siglo siguen las disputas entre
cotos, señoríos y monasterios, y se disuelve
definitivamente el monasterio de Villamayor, anexionándose a
San Pelayo de Oviedo. También en este siglo encontramos las
primeras referencias a la devoción a la Virgen de La Cueva,
cuyo santuario cuenta con una cofradía desde 1564.
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Piloña
en la edad moderna |
Al final del siglo XVII solamente
subsisten los tres cotos señoriales, el de Ludeña,
en manos de la casa del mismo nombre y los de El Vallín-San
Martín y Viyao, en los que dominaban los miembros
de la familia Caso, que quisieron también extender sus dominios
al coto del Abedul.
En el siglo XVIII, Cepeda realiza
el apeo de las parroquias de Piloña (1712). Este
informe, igual que el catastro del Marqués de la Ensenada
muestran una Piloña casi exclusivamente agrícola y
ganadera, destacando la recolección de cereales panificables y
avellana, de la que se embarcaban grandes cantidades para el exterior.
Había poca industria, relacionada con la transformación
de productos agrícolas y algunos artesanos (110 molinos de
harina; 9 batanes (7 de elLos en El Sellón); 64 llagares y once
tejeras). Los artesanos cubrían las necesidades de construcción
(carpinteros, canteros), aperos (carros, herreros, caldereros),
vestido (sastres, madreñeros, tejedoras, costureras, zapateros)
y otros como maestros de primeras letras, plateros, cirujanos,
sangradores). Había también comerciantes especializados
como mercaderes de avellana o tenderos de paños. En el siglo
XVIII el concejo protestaba en la Junta del Principado por las
pocas ayudas recibidas para la conservación de caminos y
puentes: "este conzejo está cruzado de caminos reales y
muchos puentes (...) se transita a casi todo el Principado, por estar
proporcionado a la comunicación de la Montaña y Vizcaya,
Santuario de Covadonga y muchas ferias, en los partidos de Cangas y
Llanes..." "También hay mercados todos los lunes en
esta villa..." |
Piloña
contemporanea
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 Ferrocarril
a su paso por Infiesto |
El siglo XIX se abre con la guerra
con Francia, que dejó secuelas en el concejo. El 8 de
agosto de 1808 se creó un regimiento de mozos piloñeses.
Entre 1809 y 1811 hubo varias incursiones de las tropas francesas. En
una de ellas se incendió el templo del monasterio de
Villamayor.
Tras la restauración
absolutista de Fernando VII se abrió el trienio
liberal. Las partidas realistas debieron de encontrar cierta acogida
entre los campesinos piloñeses, pues una de ellas llegó
a tomar la capital en 1823. Las tropas del gobierno restablecieron el
control tras dejar medio centenar de bajas. Durante la primera guerra
carlista Infiesto fue nuevamente escenario de luchas entre el ejército
y una partida que había ocupado la villa. |
A partir de la segunda mitad del
siglo se instalan las primeras labores industriales
propiamente dichas en Piloña: llagares y fábricas de
sidra, fábricas de chocolate (llegó a haber 6) y más
tarde una fábrica de quesos y manteca y una azucarera. En esta época
se abrió la carretera de Oviedo a Ribadesella y el
ferrocarril de Económicos llegó a Infiesto en 1891,
para cruzar todo el concejo al terminar el siglo. Este desarrollo de
las comunicaciones reforzó el carácter itinerante de la
villa del Infiesto y su peculiar configuración espacial,
reflejada en el plano de 1870, pero bien manifiesta aún en
nuestros días. La capital siguió creciendo como núcleo
mercantil y de paso, y en 1882 se inauguró la nueva casa
consistorial. Diez años más tarde, Infiesto se constituyó
en parroquia, separándose de San Juan de Berbío.
El crecimiento demográfico
y la escasez de medios económicos empujaron a la emigración
americana a numerosos piloñeses (Cuba, Argentina, México...).
Los más afortunados dejaron testimonio de su regreso en magníficas
casas de indianos ("americanos" si usamos el término
local) esparcidas por todo el concejo. Destacan las de Sebares y
Villamayor.
En la primera década del
siglo XX se funda un gremio de artesanos y en 1905 una sociedad
agrícola, luego sindicato, al calor del reformismo, que
tuvo mucho calado entre la población campesina, promoviendo
mejoras de cultivos, cooperativas de consumo y créditos, ayudas
sociales, etc.
Los equipamientos y el comercio
siguieron creciendo. Se inaugura la piscifactoría, se
crean varias asociaciones deportivas y recreativas...
Desde 1901 hubo varias revueltas
campesinas promovidas por los liberales, que culminaron en un motín
popular delante del ayuntamiento con ocasión de las elecciones
de 1903 que se saldó con 11 muertos entre los manifestantes. |
La revolución del 34 y
la guerra civil
A pesar de las ideas de izquierdas
y del crecimiento del movimiento obrero en Asturias, Piloña
continuó votando mayoritariamente a los conservadores, siendo
mayoría en 1931 los monárquicos. A pesar de ello,
durante la revolución de octubre de 1934, Piloña formó
parte del llamado cuarto eje insurrecional que iba desde Oviedo a
Infiesto. La dotación del cuartel de la guardia civil tuvo que
concentrarse en Nava, que recibió el asalto de los
revolucionarios. El cuartel de Villamayor también fue
abandonado. La columna contrarrevolucionaria de Solchaga alcanzó
la capital del concejo el día 14 y marchó hacia Noreña
unos días después, tras algunos tiroteos en la zona de
Coya. En 1936 volvió a ganar la derecha en el municipio
(por muy poco margen). Cuando estalló la Guerra Civil,
Piloña quedó encuadrada en la zona asturiana leal a la
República, en la que permaneció hasta Octubre de 1937,
cuando tras hundirse las últimas defensas en el Sella, la
resistencia asturiana se desmoronó. En la retirada fue volado
el puente de Infiesto. |
 Estado
en el que quedó la Iglesia de San Juan de Berbío después
de su destrucción en la guerra |
La posguerra y los fugaos
La posguerra en Piloña fue
muy dura. Los vencedores ejercieron la represión con dureza, y
las historias de venganzas, ajustes de cuentas y delaciones se
multiplicaron.
En territorio piloñés
actuaron varias partidas de guerrilleros republicanos,
ex-combatientes llamados fugaos, especialmente en la zona de
Peñamayor, donde las autoridades prohibieron a los
vecinos subir a los pastos para evitar la ayuda a los rebeldes.
Infiesto fue una de las 6 circunscripciones en que se distribuyeron
las tropas franquistas para acabar con estas partidas en Asturias, León
y Lugo. Según da cuenta C. Santullano, en 1938 una familia piloñesa
que se hallaba trabajando en el monte fue abatida por las tropas del
gobierno. Fueron famosas las partidas del Comandante Flórez, la
de El Maricu, que fue activa hasta la muerte de su líder,
abatido en Villamayor en 1949, la de Lisardo y la de Los Castiellos.
En 1948 en Coya fueron ejecutados 7 miembros del grupo de Onofre, engañados
por un delator. |
En los años 50 Piloña
fue recuperando cierto pulso económico, especializándose
cada vez más en la ganadería, proceso que culminaría
con el "boom" de la leche de los años 60. A pesar de
ello, la emigración rural alcanzó sus mayores
niveles. Las actividades industriales se diversificaron,
predominando la transformación de productos agroalimentarios:
desde los años 60 hay una factoría lechera en Sebares
(actualmente Nestle); caramelos en Villamayor; sidra, con llagares en
Infiesto. |
 Panorámica
de Infiesto en el año 1958 |
Gran importancia tuvieron las
industrias transformadoras de la madera, de las que llegó
a haber 17 fábricas de muebles; envasado de agua mineral
(Borines y Ques). |
Piloña
en la actualidad |
 Centro
de Salud |
La capital sigue ejerciendo su función
comercial y de servicios tradicional, atrayendo a un area rural
cada vez más restringida pero que sigue rebasando los límites
municipales, concentrando servicios como los educativos (en 1968 se
creó el instituto de enseñanza media), sanitarios y de
justicia. Aparte de la capital, otras dos poblaciones tienen cierto
nivel urbano: Villamayor y Sebares. |
Con la desaparición de la
dictadura se contituye el primer Ayuntamiento democrático,
elegido por votación popular en 1979, en el que consigue la
mayoría la UCD. En las sucesivas elelcciones ha obtenido mayoría
absoluta el PSOE, ejerciendo como alcalde desde entonces Juan Ignacio
Priede Llano. La restauración de mecanismos democráticos
de participación popular como las juntas vecinales ha
revitalizado la vida de los pueblos y conseguido notables mejoras en
comunicaciones y servicios de todo tipo.
La constitución actual de la
corporación municipal es la siguiente:
PSOE: 7, PP: 5, CAS:1
A partir de 1990, con la
construcción de la variante de la carretera nacional, Infiesto
encara una nueva etapa al margen del elemento que le dio
origen y que marcó su desarrollo: el carácter itinerario
y de cruce de caminos. |
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